FALTA Y RESTO
Capítulo 1
1981: Para abrir la noche
Es una cerrada noche de Junio del 80. Noche de dictadura. Oscura, asesina. En un boliche del centro, le propongo a Hugo Brocos juntar un grupo de veinte muchachos y sacar una murga para abrir la noche. Nunca habíamos salido en carnaval, pero los dos integrábamos murgas amateurs: Los Penados Mercantes y La Mezcolanza. Convocamos a respectivos amigos y empezamos a ensayar en la Asociación Cristiana de Jóvenes. Tal vez por eso Dios pone a Ovidio Cabal en nuestro camino. El se encarga de guiarnos. Como el Fénix, desde las cenizas de un sueño de libertad, comienza a volar el sueño de una muchachada increíble:
Peter Panaro, Aníbal Pazos, El Gallo Todeschini, El Zurdo Bessio, Julio Julián, Roberto García, El Tigre Steiner, El Mestizo Arismendi, Ricardo Fontana, El Negro Grazzano, El Gallego Arakistain, El Canario Luna, El Negro Pelé, Ronald Arismendi, el Loco Duncan, Miguelito, y tantos otros que bajo la dirección escénica de Tito Bossio, experimentado carnavalero de la época, salimos a sacarnos el berretín desde la sede del glorioso Club Atlético Fénix.
Escribo yo, de atrevido, porque no hay otro.
Desde el primer tablado el vestuario de Julio Martínez, rojo, negro y blanco, le da sus colores distintivos a la murga.
Las músicas elegidas, casi todas con letras originales prohibidas, y la forma de decir y de cantar entre joven y experimentada, le dan su impronta propia. Bautizada por Tarzán García, nace Falta y Resto, voz del truco criollo que se da cuando parece que el partido está perdido. Cuando lo único que queda es jugarse el todo por el todo.
Para la gente, simplemente La Falta.
Termina su primer carnaval y no se calla. Suma su canto a tantos y empieza a trillar por los actos de música popular, las cooperativas de vivienda, los sindicatos clandestinos, los barrios de la resistencia. El pueblo la bautiza “La murga de las cuatro estaciones”.
Como corolario de un año de gestación, graba su primer disco para el sello Sondor: Falta y Resto.
Capítulo 2
1982: El canto de barrio en barrio.
La lucha contra la dictadura se consolida.
La censura ataca y prohíbe casi todo el repertorio. Idas y venidas, interrogatorios coercitivos y al final, salimos leyendo la nueva letra recompuesta en 24 horas. El éxito es mayor de lo previsto. La gente es cómplice de la transgresión y festeja. Cada actuación es referencia política y cultural. Crece el circuito de carnaval y las actuaciones solidarias. La murga responde en los dos frentes y vuelve a marcar diferencias con un espectáculo unitario por primera vez en la categoría: las cuatro estaciones.
Graba su segundo LP: El canto de barrio en barrio.
Aparecen en el plantel el Mono Orlando y Walter Venencio, que rápidamente se convierten en referentes creativos. También entran entre otros Darío Otorgués y Pocholo Bessio. Debuta en la dirección escénica Julio Julián, que además aporta La Manopaloma. Un Maes
tro.
Sigue Julio Martínez asombrando desde el vestuario.
Capítulo 3.
1983: Murga La...
Se acerca la libertad y la murga se burla de la censura, que no se da cuenta del engaño que la ridiculiza. Hasta llega a felicitar, antes de ver la puesta, al autor del cuplet de la murga que no existe. Ironías de la necedad.
Grabamos el tercer LP: Murga la...
Este cuplet determinaría el estilo creativo de La Falta de allí en adelante. Buscar mecanismos nuevos, entretenidos, sorprendentes, con los que se pueda decir y sugerir, hacer pensar y aplaudir, reír y llorar. Falta y Resto.
En el plantel aparecen el Capi, Fatiga, El Milanesa, y algunos otros que el corazón cobija aunque sus nombres se escapen de la memoria.
La Falta cruza el charco por primera vez, para debutar en la vieja Trastienda de Thames y Gorriti. El éxito es total.
La revista Humor, referente de la época, vierte su opinión: Con Falta y Resto, carnavales son los de ahora.
Capítulo 4.
1984: El Éxodo
Podrida desde adentro, la dictadura está a punto de caer.
Para muchos Falta y Resto produce ese año el vértice creativo de sí misma y del resto de las murgas de la década. La presentación a los desocupados, cinco cuplés excelentes y una de las mejores retiradas de su historia:
1811. El Éxodo.
Comienza el regreso de un pueblo desde el exilio.
370 actuaciones en Febrero y más de 200 en el circuito político solidario.
Explosión de la Falta y de todo el carnaval.
Grabamos el cuarto LP: 1811. Disco de oro por primera vez.
En Buenos Aires compartimos el Obras con Alfredo Zitarrosa que se venía desexiliando. Inolvidable. Se incorporan Loquillo Garrido, el Picho López y Benjamín Medina. Dirige y asombra Roberto García. Un grande. Vestuario: Nuevamente Julio Martínez.
Los milicos quieren censurar la despedida después que la ven pero es tarde. Eso sí, la murga sale séptima en el concurso del jurado político, aunque éramos primeros por muerte en la opinión popular
Capítulo 5.
1985: Alerta.
Cae por fin la dictadura. Algunos se preguntan qué cantará ahora Falta y Resto. Pues bien, la Falta responde: Alerta.
La despedida cuenta la historia de la desaparición de la maestra Elena Quinteros y se convierte en el primer reclamo público por los desaparecidos hechos desde la cultura. Los derechos humanos pasan a ser parte indisoluble del repertorio de cada año.
Grabamos nuestro quinto y último disco con el sello Sondor: Alerta.
Vuelve Julio Julián a la dirección escénica. El discurso se radicaliza.
Capítulo 6.
1986: Brindis por Pierrot.
Jaime Roos, con quien ya habíamos grabado Adiós juventud, trae para La Falta y en especial para el Canario Luna una de las joyas del cancionero popular uruguayo: Brindis por Pierrot. Asimismo, Carlos Bananita González realiza una labor única como capocómico de la murga.
La presentación a los poetas y la despedida de las Venas Abiertas de América Latina redondean un espectáculo excelente. Aparecen en el cuadro valores como Pinocho Routin y Quique Rivero.
Grabamos nuestro sexto disco, el primero para el sello Orfeo, del palacio de la música: 1986 escenarios.
El jurado político nos coloca sextos. La gente, otra vez primeros.
Capítulo 7.
1987: El Deschave.
Es el año de la autocrítica. Se avizora la caída del socialismo soviético.
La Falta elige representar el momento con su mea-culpa murguero en uno de los cuplés mas recordados y vigentes de su historia: el Deschave, donde se luce y luce la murga, el mejor Roberto García.
Tercer premio del jurado político y mención al mejor cuplé. Queda grabada a fuego en la memoria popular.
Capítulo 8.
1988: La Gente.
La intendencia Frentista se avizora. El jurado político hace ganar a una murga “de izquierda”: La Falta. Debuta en la dirección escénica Eduardo Pitufo Lombardo. Un genio. El Circo Electoral asombra, y El cuplet de La Gente, musicalizado por Jorge Lazzaroff, es muy bien representado por Pinocho Routin.
Juan Mascheroni debuta como vestuarista de La Falta y da en el clavo una vez más.
Figuras como Tony Hoaguy, Pirulo Suárez, el karateca Adamoli , Fernando De Moraes , Maorik Techeira y Danielito Pereyra entre otros, hacen un aporte invalorable a la murga. El primer premio y el aval popular multiplican las actuaciones.
Se graba el séptimo fonograma del grupo en forma de casette:
La Falta como en el 30: Ganó la Gente.
Disco de oro por segunda vez.
Capítulo 9.
1989: El Pepe Revolución .
A principios de Enero viajamos a Paraná invitados por la Alternativa Musical Argentina. Tenemos una gran repercusión.
-Uruguayo- me dice una señora al bajar del escenario - Déjennos pintada en el alma un poco de esa alegría...-
Pero el rédito más importante de ese viaje vendrá muchos años después...
En el carnaval, otra vez la fórmula Castro-Lazaroff y otra vez el primer premio del concurso. Con una estructura parecida a la del año anterior y muy bien interpretada, la murga se desnuda en escena para interpretar el cuplet del Pepe Revolución. Julio Sánchez representa un Bubuchi sensacional en “El país de los vivos” El impacto es tremendo. Batimos record de actuaciones.
Entonces cambia el viento. Al fallecimiento de Peter Panaro, figura emblemática de La Falta, fundador y pulmón, se suma la muerte del mismísimo Jorge Lazaroff a los 39 años.
Renuncian varios compañeros por discrepancias con la dirección.
A pesar de los cimbronazos, recurriendo a ex integrantes logramos cubrir una serie de actuaciones solidarias para con el plebiscito por verdad y justicia de abril de aquel año.
La derrota del voto verde apaga su voz por unos meses.
Volvemos con mas fuerza y grabamos nuestro octavo trabajo discográfico:
Rascá la cáscara.
Capítulo 10.
1990. La Falta sinfónica.
“El último Charrúa” reivindica a los primeros pobladores de estas tierras.
Dirige el coro Fernando De Moraes y compone Jorge Bonaldi.
Al fin del carnaval se plantea un desafío maravilloso: realizar un concierto en el Teatro Solís con una orquesta sinfónica de 30 músicos, para celebrar los diez años de la murga. Los conciertos se multiplican por 10.
10 actuaciones con el Solís colmado dan el aval popular a una propuesta única, que dirigió el maestro Baby Sansone y de la cual participaron entre otros Albino Almirón y Néstor Techera, bajo la dirección coral de Roberto García. Todos compañeros que dejaron una profunda huella en la historia de La Falta.
Capítulo 11
1991: El Zarpe.
Néstor Techera llega a la dirección escénica y coral. En esta etapa ingresan al grupo cantores de la talla del Chato Ambrosio y Luis Reyes, amigo para toda la vida.
Se consolida lo que podríamos llamar la revolución estética de La Falta.
La creación del espectáculo “Buscando Caminos” rompe con las estructuras anteriores del género.
El vestuario, otra vez de Mascheroni, asombra desde los jeans rotos hasta las espectaculares y surrealistas chaquetas y medias capas, con caravanas, lentes negros y tachas sobre cuero. Un look rockero que mata y marca otra vez el carnaval. Sentimos que en la discusión, el género avanza.
Grabamos nuestro décimo trabajo fonográfico: Viva la imaginación.
De lo mejor de nuestra historia.
Capítulo 12
1992: Dale alegría a mi corazón.
El concurso de murgas imposibles consolida el cambio del año anterior. La murga sale perfecta. El vestuario en blanco y negro vuelve a sembrar la polémica que siempre genera La Falta. Es atacada a balazos por una murga rival y la Intendencia de Montevideo aprovecha para despojarla de un seguro primer premio, so pretexto de tranquilizar las aguas.
La Loquilla se divierte, La Ratonera, El Tatú Maravilla (Un niño de 8 años que es elegido revelación del carnaval) La Nunca Vista, La retirada de los adolescentes.
Unánimemente, la crítica la nombra el mejor espectáculo del carnaval. Sale segunda en el jurado político. Hasta el día de hoy la gente piensa que sacó el primer premio.
Tan grande es el triunfo que realiza una viaje a Europa de 45 días, presentándose en 10 países de 30 ciudades en mas de 60 representaciones.
Al retornar al Uruguay confirma su éxito realizando mas de 100 actuaciones profesionales.
Vuelve a ganar el disco de oro por las ventas de su álbum “Dale alegría a mi corazón”, decimoprimer fonograma del grupo.
Capítulo 13.
1993: La televisión está viva.
A la vuelta de Europa, paga un alto precio por su soberbia. Si bien exhibe como siempre una alta veta creativa, comienza el carnaval con carencias en la producción de la idea. De todas formas, culmina con uno de los espectáculos de murga más impactantes. La puesta en escena es avasallante, enfundados en tubos de lycra que representan monitores de TV que cantan.
Pero la murga sigue. A mitad de año La Falta asombra en Curazao en el festival de Ciudades Carnavalescas como único grupo extranjero invitado.
Al volver grabamos el décimo cuarto trabajo discográfico otra vez para Orfeo: “Cuentos Cantados”
Posteriormente se plantea la realización de una producción propia en la Ciudad de Buenos Aires, más precisamente en el Teatro Astral de la calle Corrientes. Si bien el espectáculo es mágico y así lo reconocen los concurrentes, el público argentino tiene todavía muchos prejuicios con la palabra murga, lo cual provoca una importante disminución en la afluencia de público y una frustración económica.
En ese clima, se comienza a trabajar para el carnaval 94.
Capítulo 14.
1994: Para cantarle a los amigos.
Tratando de suplir los problemas con creatividad, se logra en pocos días producir un espectáculo que obtiene el cuarto puesto en el concurso oficial. Pero el desastre económico produce una escisión en el grupo.
Para que la Falta siga existiendo hay que recaudar 1000 dólares por mes solo para pagar deudas. Además, hay que pagarle a los nuevos componentes y la producción de los espectáculos. Una verdadera misión imposible.
Capítulo 15.
1995: Locazos.
Un solo de batería americana abre el espectáculo. No hay platillos. Redoblante, bombo, zurdo y batería americana. No hay cuples, las músicas son a cual de todas mas extrañas.
Aparecen Javier Carvalho, El Rolo Lorenzo, Tabaré Cardozo, Carini, el negrito Aldo, grandes nuevos valores.
El vestuario es en tonos pastel, el maquillaje es teatral.
En medio del caos creativo, a pesar de las críticas Orlando Mono da Costa compone el histórico personaje de El Guía que sale a buscar el Gran Bulón de cada escenario. Aún hoy, la gente se destornilla de risa.
Grabamos nuestro decimoquinto fonograma: Truco.
El cambio estructural es muy grande y el jurado político coincide esta vez con el jurado popular: la murga es relegada a los últimos lugares.
Parece avecinarse la disolución del grupo. Deudas, pérdida del reconocimiento popular...
Yo decido colgar los zapatos. Tirarme en el sillón a ver televisión y chau.
Pero una noche de invierno...
Capítulo 16
1996: Nuestros hijos.
Llega a casa Hugo Brocos acompañado de Yamandú Martínez.
Agitan y me convencen. Elegimos un director que había hecho el taller de murga de La Falta: Fabián Sánchez. Cumple una arriesgada tarea y salva con nota, hasta convertirse en uno de los actuales directores y arregladores de las mejores murgas charrúas.
Convocamos una serie de muchachos nuevos y algunos con experiencia, como el Sapito Laforia, voz característica de otro tipo de murgas.
Marca por primera vez la fusión de estilos: La Teja y La Unión.
También llegan entre otros Pepe, Aníbal Bueno, Juan Ayuto y Fernando Castillo.
Pero lo más importante de ese 96 es la aparición de quien será el gran embanderado de la nueva etapa: Juan Felipe Castro, mi hijo mayor.
Hoy puedo decir que tomó La Falta en la mas negra de las profundidades y la sacó a flote mas viva y reluciente que nunca.
Él, y los hinchas. Desde sus propias cenizas, otra vez, como el Fénix. Volvió del desierto. Y todo gracias a Felipe.
Por primera vez en la historia de la murga se confeccionan trajes para el invierno, dando comienzo a un ciclo que queda en la memoria de la gente y se prolonga por varios años:
“Sea Ud murguista por una noche”, en el local nocturno La Barraca.
Un suceso del que participan miles de montevideanos.
Fernando De Moraes pasa a la dirección, vuelve Alejandro Balbis y llega Leo Bargas.
Capítulo 17.
1997: Los Piratas.
Desde La Isla, un club de bochas y pescadores de la costa de Malvín, vuelve La Falta disfrazada de Piratas y con una novedad: Un porteño que quiere salir en la murga y lo reclama cantando: Raúl Beaggioni, posteriormente conocido como Larry De Clay.
El gordo es un crack. Tan crack que luego de su actuación en la Falta pasa a triunfar con el staff de Marcelo Tinelli en VideoMatch. Pero se topa con la mezquindad de cierto sector de la prensa que se encarga de descalificarlo por el simple hecho de ser argentino. La genial actuación de Felix Castro y el sublime Loquillo Garrido en la payada Uruguay vs. Argentina alegran Montevideo. La nueva etapa de La Falta sigue madurando lentamente.
En invierno grabamos “100 años de Murga”, un CD que se transforma rápidamente en Disco de Oro y aún sigue provocando ventas para el sello Obligado record's. Es la primera vez que una murga reconocida graba canciones de las mejores murgas de la historia.
Trabajamos en invierno como nunca. El sueño sigue vivo.
Capítulo 18.
1998: El fantasma del tablado.
Con una gran actuación de Roberto García encarnando el fantasma del tablado, se plantea nuevamente en carnaval la veta surrealista y la crítica lúcida y mordaz a las viejas estructuras carnavaleras, que es plantear críticas a la sociedad toda.
Mete el dedo en la llaga del gobierno municipal de izquierda, y sus autoridades se encargan de desplazarla lejos de los lugares preferenciales del jurado político, aunque vuelve a estar entre las mejores.
Alejandro Balbis pasa a la dirección escénica y coral y se incorpora Pablo Milich.
En ese 1998 comienza una historia que cambiará el curso del género para siempre. Un empresario argentino, que nos había visto en aquella visita a la ciudad de Paraná en el 89, le propone a la murga realizar algunos espectáculos en la vecina orilla.
Debutan en La Trastienda nueva, en San Telmo.
El empresario es Alberto Felici.
El destino los ha unido definitivamente, como si hubiese aparecido realmente el Fantasma del tablado...
Capítulo 19.
1999: La Sociedad, el cupletero asesinado y una gran despedida.
Por primera vez empiezo a compartir los textos con Felipe.
Con la base de músicas de Jorge Lazaroff y vestida otra vez por Mascheroni, es relegada nuevamente por el jurado político de turno.
Pero Falta y Resto muestra las garras de la que será su etapa de consolidación, con actuaciones asombrosas y una repercusión cada vez mas fuerte en Argentina.
Se llenan los mejores teatros cada vez que actúa La Falta.
Se forman murgas “a la uruguaya” en cada lugar que visitamos.
Pero sobretodo, siempre queda abierta la puerta de la expectativa para ver con que van a venir el año próximo...
Capítulo 20.
2000: Murgadiario.
El siglo comienza con La Falta a pleno, convertida en el diario de un año agitado y un mundo en cambio permanente. Una sátira mordaz al presidente Sanguinetti, el Mono Orlando en una descomunal interpretación del Hombre-Mascota y la tierna despedida a La Feria del Barrio enamoran a la hinchada, que en ambas márgenes del Plata vitorean a la murga.
Los disfraces, de tela estampada con letras semejando un diario, son espectaculares. Sin embargo, un peluquero que integraba el jurado político les da el peor puntaje del certamen. Una obra de arte pasa a ser maestra cuando logra saltar por sobre la necedad de un torpe con mal gusto.
Capítulo 21.
2001: Roja y negra.
Pasa Felipe a la dirección escénica. Es el mejor de los últimos años.
Juan Mascheroni vuelve al rojo y negro. Sin duda son los colores que mejor le van, porque parte al medio el carnaval y aumenta las giras exitosas por toda la Argentina.
El jurado político, a regañadientes, le da el segundo premio.
La gente vuelve a identificarse con ella, como siempre.
El cuplé de los Estados Unidos, el popourri Falta y Resto .com,
la despedida a los emigrantes...
La desaparecida, exultante de creatividad y sencillez, enamora la conciencia de la gente y mantiene cada vez más actual el problema de los derechos humanos. Premian la mejor puesta en escena.
Se edita el primer CD de aquel lado del río para el sello La Trastienda:
Gol uruguayo. La crítica es apabullante: 4 estrellas en la Rolling Stones. Falta y Resto ya no es un fenómeno restringido a los uruguayos y unos pocos fanáticos. Los argentinos la empiezan a conocer y a esperar.
Se incorpora Jorge “Coca” Vidal.
Capítulo 22
2002: El gusano loco.
¿Puede el individualismo socavar hasta los mismos cimientos de la sociedad y de la propia murga?
¿Qué pasa con la izquierda y sus posturas históricas?
¿Puede ser esto parte de un cuplé de carnaval?
Se luce Felipe en la interpretación del cuplé y en la dirección escénica.
Otra vez mágica, la Falta se aproxima a la piel popular hasta tocarla. Desde ahí crea un gran espectáculo: el Parque de Diversiones.
Uruguay aplaude. Argentina admira. El jurado político sufre.
Capítulo 23.
La Supermurga.
Por primera vez una murga tiene el 90% de músicas inéditas.
Entra al grupo Andrés Lazaroff, que junto a Felipe, Gerardo “Alemán” Dorado y Coca Vidal, componen músicas.
Dirige Pablo Milich y su trabajo es excelente.
La propuesta inaugura una nueva forma de hacer política en el país.
Una murga le plantea a la gente la posibilidad de un plebiscito para que los gobernantes duren solo cinco años y no puedan gobernar nunca más.
En “El vecino de al lado” se plantea una profunda crítica al interior de la izquierda lo que nos relega al 9º lugar para el jurado político.
Pero el efecto es inverso al que ellos buscan.
El éxito popular inspira a Felipe que propone agregar al coro una banda de rock and roll. El sonido de la Supermurga llega al Uruguay y a las principales ciudades argentinas. Gastón Ackerman descolla tocando y dirigiendo la banda de rock. Felipe dirige la murga. Matamos.
Trabajamos como nunca.
Capítulo 24.
2004
La Falta decide no salir en carnaval para tomar carrera.
Descanso y creación.
Se incorpora formalmente Soledad Castro, mi hija, al grupo creativo.
Da ideas, escribe las propias y las ajenas, encuentra músicas alucinantes.
Es una poetiza visceral y bohemia. Con Felipe y Sole, La Falta tiene vida para rato, si Dios quiere.
El 25 de Mayo, en la plaza de Mayo de Buenos aires, para 130.000 personas en vivo y un continente que la descubre por televisión, renace Falta y Resto. Ha vuelto. La Historia Grande de la Murga ha comenzado.
En los muros de Buenos Aires se empiezan a ver los primeros afiches del nuevo espectáculo, que busca reflejar el momento político y social que se vive en estas tierras: Arriba el Sur. Allá vamos.